Esta es de una de esas historias bonitas, en la cual las piezas encajan a la perfección como si estuviera escrito para un guión cinematográfico con final feliz.
Todo comienza con una invitación extendida a Mariano Fernández, embajador de Chile en Inglaterra, para ir a conocer un centro comunitario en una de las zonas más conflictivas de Londres, con altos niveles de cesantía y delincuencia. Al embajador le pareció tan interesante la iniciativa que cuando el vicepresidente ejecutivo de CORFO, Óscar Landerretche, va a Inglaterra lo invita a conocer este community center.
Al llegar se encuentra con la sorpresa que un chileno, Narciso Gálvez, lo dirige. Fue tal su fascinación que su visita planificada para un par de horas se alarga todo el día para conocer cada detalle y ver la posibilidad de crear algo parecido en Chile.
De vuelta al país llega con la idea de replicar el modelo y comienzan a pensar cuál sería el mejor lugar para instalarlo. Las piezas comienzan a encajar ya que la CORFO posee un edificio en pleno centro de Lautaro, comuna ubicada al norte de Temuco, donde antes estuvo el regimiento La Concepción.
Lautaro parecía ser el lugar ideal para instalar el Centro comunitario: tiene una alta demanda de capacitación y un bajo nivel de escolaridad, es una comuna pobre y necesita urgentemente de mano de obra capacitada para alimentar el Parque Industrial impulsado por CORFO y CorpAraucanía en las afueras de Lautaro y que se convertirá en el foco productivo de la región.
La idea comenzaba a tomar forma, pero pocos entendían en su real magnitud lo que Landerretche había visto en Inglaterra. Por eso se envió a una delegación de tres expertos: Juan Carlos Jorquera, director IX Región de Corfo, Inti Núñez, subgerente de Comités e Institutos de Corfo y Christian Labbé, encargado de evaluación y estudios del Instituto de Informática Educativa, de la Universidad de la Frontera (IIE), para que en una semana se sumergieran en la dinámica de los Centros de Londres y trajeran el conocimiento al país.
El IIE se hizo cargo de la ejecución del proyecto y el financiamiento corre por parte de CORFO (alrededor de un millón de dólares).
Edgardo Parra, jefe del Proyecto del Centro Modelo y jefe del área de Desarrollo Social y TIC del IIE, señala que el instituto fue elegido ya que son expertos en educación utilizando tecnologías de la información (ellos fueron los padres del proyecto Enlaces), tienen más de 10 años experiencia capacitando a adultos y niños y, además, crearon una red de telecentros en la Araucanía.
En agosto terminaron la etapa de factibilidad. En ella descubrieron que el 61% de la población (19.775 personas) de Lautaro está en el rango entre los 15 y los 65 años y que de ellos la escolaridad promedio es séptimo básico. Es ese segmento de la población el que va dirigida la iniciativa.
CORFO ya llamó a licitación para remodelar el edificio y se comenzó la etapa de puesta en marcha para que todo esté listo para la inauguración del centro a mediados de año.
El centro por dentro
La idea es capacitar a la población de bajos ingresos de la comuna, específicamente a aquellas personas que se encuentran cesantes, dueñas de casas, pequeños empresarios, emprendedores y jóvenes. En Lautaro hay demanda de mano de obra producto del nuevo Parque Industrial pero las empresas no contratan a la gente de la comuna porque no dan la talla. La idea es que capacitemos a las personas en las reales necesidades de las empresas regionales, tales como la industria de la madera o la agroindustria, señala Edgardo Parra.
Para ello utilizarán herramientas computacionales para capacitar a los vecinos en competencias para el trabajo. Debido al bajo nivel de escolaridad de las personas, los contenidos deben ser entregados de una forma amena y visual ya que la comprensión de lectura es baja. Por eso daremos especial énfasis a crear objetos de aprendizaje con alto contenido multimedial, señala Parra.
Cuando una persona llegue al centro buscando trabajo o solicitando capacitación se le pedirá que llene una ficha. De acuerdo a su nivel educacional y sus competencias se le hará una especie de mapa de ruta con los cursos que debiera tomar y se firma un compromiso de capacitación que ambas partes deben respetar. Así, una persona puede ser capacitada en competencias básicas (lectura y escritura, aritmética), competencias genéricas (alfabetización digital, inglés básico) y competencias laborales (técnicas de trabajo de la madera, por ejemplo). Todos los cursos están diseñados modularmente, duran menos de 30 horas, tienen horario flexible, están disponibles en línea y se obtiene una certificación.
Parra señala que además de ayudar a la colocación laboral de los vecinos de la comuna el proyecto busca experimentar y desarrollar una industria de e-learning a nivel nacional. El e-learning es una prioridad del Sence (Servicio Nacional de Capacitación y Empleo), pero que lamentablemente no ha prendido en Chile, aclara el jefe del proyecto.
También piensan instalar un telecentro para que los vecinos accedan a las nuevas tecnologías de la información y un gimnasio para que la gente circule por el centro y pueda complementar su capacitación con actividades físicas.
Todas las fuerzas vivas de la comunidad estarán representadas en el centro, señala Parra. Para lograrlo crearon un directorio compuesto por el Alcalde, representantes de la Universidad, CORFO y otros actores. También hay un Consejo Consultivo que reúne a los principales representantes de la comunidad como dirigentes vecinales, miembros de organizaciones sociales y otros líderes de la comunidad.
CORFO financiará toda la puesta en marcha del proyecto hasta finales de 2005, después el centro debe ser autosustentable. Para ello esperan contar con recursos provenientes de la municipalidad, SENCE, fondos concursables (FOSIS, Sercotec, ChileDeportes) y arrendando espacios físicos del centro. Pero la gente no va a pagar un sólo peso, aclara Parra.
En 2005 esperan capacitar a 3 mil personas en Lautaro. Pero ya están pensando a lo grande: han calculado que si los centros funcionaran a nivel regional capacitarían 75 mil personas al año y 1,3 millones de personas a nivel nacional. Este es un modelo de experimentación que si todo sale bien será replicado a nivel nacional, concluye Parra.
Londres por Lautaro
Narciso Gálvez se fue exiliado de Chile en 1979. Cuando llegó a Londres formó una comunidad latina y se insertó en el Partido Laborista. Postuló a un trabajo dirigiendo un centro comunitario en un área deprimida de Londres. Lo dirigió por más de siete años y el centro se volvió un paradigma en Europa. Él recibió a Landerretche y a la delegación de expertos que visitó el centro para interiorizarse de lo que hacían allá.
En septiembre lo invitaron a Chile para que diera sugerencias y capacitara a los ejecutores del proyecto. Al final de su estadía lo tentaron con regresar a Chile para hacerse cargo del directorio. Con ayuda de su familia aceptó, y la semana pasada llegó a Chile.
El rompecabezas ya estaba terminado. La historia tenía final feliz.
Fuente: El Mercurio