EDULINUX: El pingüino coquetea con la sala de clases
Alexis Ibarra O.
Esto del software libre es como una minga, dicen acá en el sur. Es como si muchas manos trabajaran en pos del mismo objetivo. Si en Chiloé transportan una casa de un lugar a otro, los que trabajan en el software libre crean un buen producto con varios cerebros pensando en lo mismo.
Por eso en Temuco, en el Instituto de Informática Educativa (IIE), dependiente de la Universidad de La Frontera, miran con buenos ojos que Linux comience a entrar en las aulas.
El Instituto es la cuna de la red Enlaces, que surgió como un proyecto de un puñado de soñadores que llegaron a la región más pobre del país, a principios de los 90, para intentar introducir la informática en la educación. Ahora, con la red funcionando en casi la totalidad de las escuelas y liceos del país, se enfrentan a nuevos desafíos.
Hay un plan decidido de Enlaces de utilizar software libre para complementar lo que se está usando actualmente. No estamos pensando en pasarnos completamente a software libre, pero queremos dar la alternativa y aprovechar que este tipo de software y, específicamente Linux, es más amigable, cuenta Hans Iost, jefe de área del Laboratorio de Investigación Aplicada del IIE.
Tal como señala Iost, hace tiempo que Linux dejó de ser el software árido al que algunos temían por encontrarlo difícil y otros demonizaban por su falta de soporte. El sistema operativo del pingüino ha movido sus patitas lentamente, avanzando en terrenos antes inimaginables como la pequeña empresa, el hogar e incluso las aulas, hasta el punto de que muchos países como Argentina, España, Brasil, México y Venezuela tienen políticas gubernamentales que apoyan el uso de este sistema operativo.
Lo viejo también sirve
En el año 2003, el Instituto iniciaba una investigación para aprovechar los computadores que quedan obsoletos en la Red Enlaces. Se trata de equipos que están operativos, pero tienen poca memoria y un procesador antiguo que impide la ejecución de programas recientes.
Según los planes de la red Enlaces, los computadores tienen una vida útil de 6 a 7 años; por lo tanto, los computadores del año 97 y 98 estarían pasando a mejor vida.
La gente del IIE investigó el modelo cliente-servidor tanto en Linux como en Windows. La idea era que un computador más potente (servidor) pueda entregarle la capacidad de cómputo a estos computadores antiguos (clientes). Al finalizar las pruebas se decidieron por Linux, principalmente por un tema de costo de las licencias.
Así se pusieron a trabajar para conocer qué estaban haciendo otros países en el ámbito de la educación y el software libre. Hasta que dieron con la distribución Linux K-12 (www.k12l inux.org), basada en software libre, y que permite que cualquier persona pueda utilizarlo gratuitamente y hacerle las modificaciones que crea pertinentes.
En el IIE tomaron el software y crearon una caja con manuales y un CD de instalación que facilita la tarea de los técnicos. Además, generaron fichas para los instaladores y programas para configurar fácilmente el entorno cliente-servidor, la parte más compleja del trabajo con Linux.
Lo importante es que los PC no quedan funcionando sólo con Linux. Cuando no se quiera usar EduLinux, los niños pueden volver al Windows instalado en el disco duro y utilizar, por ejemplo, El Conejo Lector, señala Hans Iost.
Con esta solución, los muchachos del Instituto pretenden recuperar más de la mitad de los casi 20 mil computadores que se distribuyeron entre 1997 y 1998 y que ya se consideran obsoletos, es decir, alrededor de 10 mil computadores usados en las escuelas volverían a la vida.
Eso es lo relevante de esta apuesta, cuenta Iost. Con tan sólo aplicar esta estrategia podemos cumplir la tasa de 30 alumnos por computadores que se impuso el ministerio.
Pero otra cosa es con guitarra: para probar qué tal andaba EduLinux se instalaron 25 soluciones entre octubre y noviembre en escuelas de varias regiones del país, todo financiado por la Red Enlaces del Mineduc.
El piloto se hizo en colegios que tenían PC recién entregados (que se usaron como servidores) y equipos antiguos (los clientes).
En general, la solución técnica funcionó muy bien y no hubo mayores dificultades en su instalación, pero lo que más llamó la atención fue la satisfacción de los profesores por la recuperación de equipos que, en varios casos, estaban sin uso, señala Iost.
Ahora están abocados a buscar contenidos educativos en las áreas de ciencias, matemáticas y lenguaje para confeccionar un CD.
También piensan seguir expandiendo la solución a las escuelas del país y experimentar el modelo en telecentros, y llegar a todos los rincones del país, incluso a Chiloé, allá donde saben muy bien que un trabajo hecho entre varios se hace mejor.
Algunos Datos:
Armar completamente un laboratorio de 5 estaciones cuesta $1,5 millones; con 10 estaciones, $2,8 millones, y $5,6 millones con 20 estaciones. Estos montos consideran los servidores, estaciones de trabajos, switch y puntos de red.
Si se piensa utilizar computadores viejos, un computador del año 97 necesitaría ampliar su memoria Ram de 8 a 16 MB y una nueva tarjeta de red.
Esto del software libre es como una minga, dicen acá en el sur. Es como si muchas manos trabajaran en pos del mismo objetivo. Si en Chiloé transportan una casa de un lugar a otro, los que trabajan en el software libre crean un buen producto con varios cerebros pensando en lo mismo.
Por eso en Temuco, en el Instituto de Informática Educativa (IIE), dependiente de la Universidad de La Frontera, miran con buenos ojos que Linux comience a entrar en las aulas.
El Instituto es la cuna de la red Enlaces, que surgió como un proyecto de un puñado de soñadores que llegaron a la región más pobre del país, a principios de los 90, para intentar introducir la informática en la educación. Ahora, con la red funcionando en casi la totalidad de las escuelas y liceos del país, se enfrentan a nuevos desafíos.
Hay un plan decidido de Enlaces de utilizar software libre para complementar lo que se está usando actualmente. No estamos pensando en pasarnos completamente a software libre, pero queremos dar la alternativa y aprovechar que este tipo de software y, específicamente Linux, es más amigable, cuenta Hans Iost, jefe de área del Laboratorio de Investigación Aplicada del IIE.
Tal como señala Iost, hace tiempo que Linux dejó de ser el software árido al que algunos temían por encontrarlo difícil y otros demonizaban por su falta de soporte. El sistema operativo del pingüino ha movido sus patitas lentamente, avanzando en terrenos antes inimaginables como la pequeña empresa, el hogar e incluso las aulas, hasta el punto de que muchos países como Argentina, España, Brasil, México y Venezuela tienen políticas gubernamentales que apoyan el uso de este sistema operativo.
Lo viejo también sirve
En el año 2003, el Instituto iniciaba una investigación para aprovechar los computadores que quedan obsoletos en la Red Enlaces. Se trata de equipos que están operativos, pero tienen poca memoria y un procesador antiguo que impide la ejecución de programas recientes.
Según los planes de la red Enlaces, los computadores tienen una vida útil de 6 a 7 años; por lo tanto, los computadores del año 97 y 98 estarían pasando a mejor vida.
La gente del IIE investigó el modelo cliente-servidor tanto en Linux como en Windows. La idea era que un computador más potente (servidor) pueda entregarle la capacidad de cómputo a estos computadores antiguos (clientes). Al finalizar las pruebas se decidieron por Linux, principalmente por un tema de costo de las licencias.
Así se pusieron a trabajar para conocer qué estaban haciendo otros países en el ámbito de la educación y el software libre. Hasta que dieron con la distribución Linux K-12 (www.k12l inux.org), basada en software libre, y que permite que cualquier persona pueda utilizarlo gratuitamente y hacerle las modificaciones que crea pertinentes.
En el IIE tomaron el software y crearon una caja con manuales y un CD de instalación que facilita la tarea de los técnicos. Además, generaron fichas para los instaladores y programas para configurar fácilmente el entorno cliente-servidor, la parte más compleja del trabajo con Linux.
Lo importante es que los PC no quedan funcionando sólo con Linux. Cuando no se quiera usar EduLinux, los niños pueden volver al Windows instalado en el disco duro y utilizar, por ejemplo, El Conejo Lector, señala Hans Iost.
Con esta solución, los muchachos del Instituto pretenden recuperar más de la mitad de los casi 20 mil computadores que se distribuyeron entre 1997 y 1998 y que ya se consideran obsoletos, es decir, alrededor de 10 mil computadores usados en las escuelas volverían a la vida.
Eso es lo relevante de esta apuesta, cuenta Iost. Con tan sólo aplicar esta estrategia podemos cumplir la tasa de 30 alumnos por computadores que se impuso el ministerio.
Pero otra cosa es con guitarra: para probar qué tal andaba EduLinux se instalaron 25 soluciones entre octubre y noviembre en escuelas de varias regiones del país, todo financiado por la Red Enlaces del Mineduc.
El piloto se hizo en colegios que tenían PC recién entregados (que se usaron como servidores) y equipos antiguos (los clientes).
En general, la solución técnica funcionó muy bien y no hubo mayores dificultades en su instalación, pero lo que más llamó la atención fue la satisfacción de los profesores por la recuperación de equipos que, en varios casos, estaban sin uso, señala Iost.
Ahora están abocados a buscar contenidos educativos en las áreas de ciencias, matemáticas y lenguaje para confeccionar un CD.
También piensan seguir expandiendo la solución a las escuelas del país y experimentar el modelo en telecentros, y llegar a todos los rincones del país, incluso a Chiloé, allá donde saben muy bien que un trabajo hecho entre varios se hace mejor.
Algunos Datos:
Armar completamente un laboratorio de 5 estaciones cuesta $1,5 millones; con 10 estaciones, $2,8 millones, y $5,6 millones con 20 estaciones. Estos montos consideran los servidores, estaciones de trabajos, switch y puntos de red.
Si se piensa utilizar computadores viejos, un computador del año 97 necesitaría ampliar su memoria Ram de 8 a 16 MB y una nueva tarjeta de red.
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